Guías de turismo aficionados, un mercado en alza

Susana Meseguer quedó desempleada y optó por inscribirse en la plataforma GuruWalk, que reúne a viajeros con guías turísticos de todo el mundo que ofrecen sus servicios a cambio de propinas, para dar a conocer los secretos de su pueblo, Vilafamés. Ante esto, la Generalitat valenciana le advirtió de que si no dejaba de hacer sus rutas turísticas sin tener la habilitación exigida en este sector, le podían poner una multa de entre 100.000 y 600.000 euros.
Con Meseguer, cientos de personas ofrecen este tipo de servicios en internet. Sinembargo, ella se convirtió en la cara visible de un nuevo conflicto en la industria turística por la llamada economía colaborativa: al igual que los taxistas con Uber, Cabify y las licencias VTC y los hoteles con los complejos turísticos de plataformas como Airbnb o Home Away, los guías turísticos tradicionales chocan con la competencia feroz de las que se usan, ahora, para visitas guiadas y free tours.
Los florecientes sitios en internet para encontrar un guía en los lugares más remotos ponen en contacto a viajeros con particulares más o menos duchos en la historia, el arte o la cultura de una localidad que ofrecen visitas guiadas a cambio de propinas o a precios bajos.